En este artículo te voy a hacer una breve explicación de las 5 heridas que podemos arrastrar desde la infancia, para que puedas entenderte más a ti misma y vayas soltando los juicios que tienes sobre ti
Según Lise Bourbeau, hay 5 heridas que se pueden generar desde que nacemos: la herida de rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia
Estas heridas no se identifican por los hechos sino por cómo lo interpretamos en esa etapa. Por ejemplo: si tu padre/madre te abandonó de pequeña no significa que necesariamente tengas la herida de abandono sino que tendrá que ver con cómo lo interpretaste tú, quizá lo viviste como una injusticia o un rechazo o te sentiste humillada o traicionada.
¿Qué son las heridas emocionales de la infancia?
Las heridas emocionales son impactos que recibo de pequeña porque no sé como sostener esa experiencia que acabo de vivir, los adultos no me dan el apoyo y tengo menos recursos potenciados en mí, por lo que se va generando un dolor que se puede ir agrandando con el tiempo si no se trabaja.
En la infancia es normal que tengamos menos recursos porque somos totalmente dependiente de los adultos y no podemos cuidarnos nosotras mismas. Al ser dependientes ponemos el foco fuera y buscamos lo que necesitamos en los demás, ya sea el Amor, el reconocimiento, el apoyo, la aprobación, etc
Entonces, la niña aprendió que cuando tengo una necesidad, la pido fuera y a veces me la dan, a veces no. De pequeña ya vas haciendo asociaciones de forma inconsciente; recuerda ¿Cuándo te valoraban, reconocían o daban amor tus padres? Quizá cuando hacías lo que ellos querían, cuando te mantenías calladita o entretenida jugando, cuando sacabas buenas notas, etc.
Respondiendo a esta pregunta te darás cuenta de lo que aprendiste para ser merecedora de Amor, atención o reconocimiento. ¿Sigues haciendo las mismas acciones en tu edad adula? ¿Sigues siendo o que esperan los demás de ti, manteniéndote “correcta” frente los demás o esforzándote en el trabajo para que te valoren?
Y por otro lado ¿Cuándo te desvaloraban o rechazaban tus padres? ¿Quizá cuando eras tú misma y sacabas tu carácter, cuando decías lo que pensabas y era distinto a lo que pensaban ellos o cuando sacabas menos nota de lo que esperaban?
Esa niña, si quiere amor y aceptación, al ser dependiente, no tiene de otra que amoldarse a lo que esperan de ella y por tanto tu ego lo que hará será crear una barrera e ir ocultando su verdadera esencia natural, ¿Para qué? Para no sentir el dolor del rechazo de tus seres queridos
La intención del ego es buena, es protegerme, pero la realidad es que lo único que hace es rechazar mi propia esencia y agrandar más esa herida a la larga. De pequeña sólo podía hacer esto, ponerme esta protección (o máscara), pero de mayor ya puedo empezar a darme lo que necesito.
¿Cómo se originan?
Lise Bourbeau, explica que hay 4 etapas:
- Puede ser tú misma. Yo imagino que todos somos un ser de Luz y de Amor puro y que esa es nuestra esencia natural
- Empiezas a sentir que no tienes derecho a ser tú misma y te empieza a doler este rechazo
- Frente a este dolor, surge crisis y rabia por no sentirte aceptada (quizá la has podido expresar externamente o la has ido acallando)
- Te resignas y te pones la máscara para ser lo que esperan los demás de ti, creando así una nueva personalidad para agradar a los demás y evitar el impacto externo
¿Cómo sé qué herida arrastro?
Aquí te cuento un poco los rasgos de cada herida por si te va resonando alguna y quieres empezar a profundizar:
Herida de Rechazo
La vives con el progenitor del mismo sexo, sientes rechazo ya de pequeña (quizá ya desde que estabas en la barriga) y crees que no tienes derecho a existir.
Quizá sientes que eres invisible, que sueles pasar desapercibida y de niña quizá preferías jugar sola y estar en tu mundo imaginario. La máscara que se crea es la de Huidiza, por eso buscas estar a solas en tu refugio porque así piensas que estarás a salvo y no te rechazarán (la realidad es que así lo que se fomenta es apartarte más del resto y sentir aún más el rechazo)
Con esta herida se tiene muy poca autoestima y un concepto de valer poco o nada. Te percibes distinta al resto y te sientes incomprendida. Tienes miedo de molestar, por eso no sueles hablar mucho delante de otras personas
El miedo al abandono
La vives con el progenitor del sexo opuesto y sientes una desconexión de amor-afecto por esta parte, sintiendo que has recibido un cariño frío o diferente al que necesitabas
El miedo más grande es la soledad, crees que tu sola no podrás cubrir tus necesidades y por eso generas, inconscientemente, vínculos de dependencia con los demás. Tu mayor anhelo es tener atención, apoyo y aprobación externa.
Haces cosas por los demás esperando recibir lo mismo a cambio y tu intención es que te presten su atención y te cuiden. Empatizas fácilmente con los demás y quizá sientes que das más de lo que recibes.
Cuando vas trabajando esta herida quizá ya vas sintiendo que puedes pasar momentos a solas, que puedes ir tomando decisiones sin necesidad de preguntar antes a nadie y que te vas cuidando más a ti misma sin esperar que lo hagan los demás
La herida de humillación
La vives con el progenitor que se ocupaba de tu desarrollo físico (suele ser la madre pero si el padre ha tomado el control, puede que también lo vivas con él o con los dos)
Tienes tendencia a mirar por las necesidades de las demás antes que las tuyas propias porque la intención en el fondo es sentirte útil para los demás y para evitar que te humillen.
Aprendes que no tienes derecho a decir algo que pueda perjudicar a otros, sin embargo, te puedes reír de ti misma o desvalorarte en público (es como la niña aprendió que la trataran y pensó que merecía recibir ese trato, por eso lo haces contigo misma)
La herida de traición
La vives con el progenitor del sexo opuesto y la niña pierde la confianza en el padre por no haber cubierto su necesidad de atención y haber incumplido sus promesas o haberle mentido
Por eso genera la máscara de controladora, quiere mostrar una fuerte personalidad y ocultar sus debilidades para que los demás la vean fuerte, responsable, alguien de fiar, convincente (con la intención de controlar el terreno y que no la traicionen)
Espera mucho de los demás y es exigente. Le gusta que todo se haga a su manera y a su ritmo y no soporta que le cambien los planes o que intenten controlarla
La herida de la injusticia
La vives con el progenitor del mismo sexo y la niña ha vivido frialdad por parte de su madre. Raramente admite que tienes problemas, le cuesta pedir ayuda y se quiere mostrar perfecta a los ojos de los demás.
Es una persona optimista que siempre quiere parecer positiva y hace esfuerzos por contener su ira, ya que si no lo hace será imperfecta y creerá que resta su valía como persona. De pequeña se le ha valorado más por lo que ha hecho que por lo que era
Tiene una gran sensibilidad pero la intenta ocultar porque piensa que mostrarla es de débiles y eso la haría imperfecta. Tiene un sentido de justicia rígido, por lo que si quiere cuidarse o tener tiempo para ella, por ejemplo, creerá que tiene que esforzarse para merecerlo, que eso será lo justo.
Estas son las 5 heridas de la infancia y es normal que te identifiques con más de una. De hecho, detrás de la traición se esconde el abandono y detrás de la injusticia se esconde el rechazo
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Te envío un abrazo muy grande,
Anna